That day I took my mother to visit the cathedral. I watched her from behind as I pushed her sitting in her wheelchair. Age and illness had forced her to remain prostrate in it. I observed the weakness of her thin brown hair and felt a great compassion for her. She had not talked to me for a long time in her world, and she stood there in silence without even turning a single time to look at me .....and her body trembled to the beat of the wheelchair.
And so we entered the cathedral. I knew that she had visited the cathedral frequently since she was young but I also knew that it had been many years since she had not perhaps due to the long time it took to restore it during which public access was not authorized so I thought she I would like to see its inide fully restored in all its Gothic splendor. It was like a small gift I wanted to give her as a farewell because I sensed she would not live much longer and would leave soon. When we entered the immense main nave I admired the high pointed archs, the perfection of the building and my gaze wandered astray among the slender columns, tapestries on the walls, paintings, statues and noble shields on the key stones of the pointed arches. I took my mother to the base of one of those colossal marbled columns and putting my hand on the cold marble I said to my mother: "look at this beauty!" But I was disappointed when I saw that she remained impassive with her gaze far and lost. The truth is that I have never known what to give my mother for a gift that would make her happy ...... So I continued to slowly drag this wheelchair through the main nave, passing in front of the side chapels inmersed in the gloom from which figures of angels and saints emerged, in the hope something could move her but the most I got were slight moves of her head as if trying to observe something in that darkness ... those statues of angels, saints who had been watching her passing by when she was young with her head covered with a black mantilla, walking towards the crucified Christ who was waiting for her in a privileged place in the central nave. Barzilai
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Barzilai converted officially to Orthodox Judaism last September, 2017, in Israel. This is a direct result of him being called into the Jewish Awakening. He is very happy and loves his community. He will continue to write poetry for us and possibly write a book about his life.
Shalom, Liviya Queda ya poco tiempo para mi pacto de sangre con el Creador. Ante la incertidumbre uno llega a cansarse. Sin embargo, quedé tristemente perplejo cuando vi a mi padre. Pienso que él no me veía pero yo sí le veía. Le vi como siempre, a sus setenta años, vestido con traje gris oscuro, camisa blanca y corbata negra, sentado sobre el borde de la cama, completamente solo.
En seguida me percaté de que aquella cama era el único mueble que había en aquel apartamento no había ningún otro mueble en todo ese apartamento cuyo techo y paredes eran completamente blancas. Tampoco había ni una sola ventana por lo que todas las bombillas de todas las habitaciones estaban encendidas y colgaban desnudas del techo. Ni tampoco vi una puerta. No había puertas, no había ventanas. Todas las habitaciones estaban vacías excepto en la que estaba mi padre, sentado en el borde de aquella cama, pensativo, serio, con la mirada fija en el suelo, sin decir nada. Yo le miraba y le pregunté con mi mente qué era lo que estaba haciendo allí pero no me contestó, como si no me hubiera oído y seguía triste con la mirada fija en el suelo. Entonces yo me entristecí mucho porque no podía ayudarle. Yo le miraba y le veía como casi siempre, preparado para salir a la calle para pasear......como esperando que pasase algo que no terminaba de pasar. Hablé con Hashem y le pedí que me ayudara para saber qué hacer y El me contestó de manera indescriptible: " Está en el Gueinom". Entonces le dije: " Libérale ! ". Barzilai Kellajer Y así fue como aparecí en mi tierra, en Aragón, en Zaragoza! El viaje había sido muy largo aunque el tiempo pasó como un instante.
El me guiaba. Yo le preguntaba por el Museo de Tranvías a los que yo miraba cuando era un niño y un joven....atravesando las dos Juderías en los húmedos inviernos. El me guiaba y cuando caminábamos hacia el Museo, através de extensos terrenos pedregosos y barro seco, llegamos ante kas desoladas ruinas de una catedral cristiana. Le dije a mi guía que se detuviera un momento y entonces él desapareció de mi vista dejándome solo ante aquella visión. Levanté mis ojos hacia lo alto de uno de los pocos muros que aun permanecían en pie para ver. Miré hacia lo alto del muro y vi dos filas de hornacinas de las cuales asomaban estatuas Cristianas, inmóbiles, algunas casi intactas y otras mutiladas, algunas me miraban fíjamente envueltas en sus túnicas de piedra, a otras les faltaban los brazos o una pierna o la cabeza..... Sentí súbitamente una extraña sensación de misterio, que no era de este mundo ni era humano pero que me atraía de manera absoluta. La verdad es que me daba la impresión de que aquellas estatuas simulaban estar muertas. De nuevo sentí su voz a mi lado invitándome a seguir el camino. Y caminamos y llegamos a un espacioso lugar un tanto desértico que adiviné era el Museo de Tranvías pues pude ver un viejo wagon de madera expuesto sobre un solo raíl de su misma longitud. Me acerqué y vi que estaba vacío y mientras meditaba que había poder sido de los pasajeros, me dijo:" este es del modelo 1007". Y volví a mirar en su interior y entonces recordé que era el mismo wagon de tranvía que siempre me había llevado del Suq árabe a la iglesia Cristiana pasando por las Juderías y viceversa! Así que entré en el wagon modelo 1007 por curiosidad y me di cuenta de que habían intentado restaurarlo pero que la restauración se había paralizado hacía muchos años. Y mientras meditaba en todo aquello, los ladridos de un perro atrajeron mi atención. Me asomé por una de las ventanas del wagon y vi un oscuro perro-lobo corriendo por entre otros wagones expuestos y las ruinas de las antiguas edificaciones hasta que me vio y vino hacia mí. Yo me atemoricé al verle venir tan violentamente pero cuando llegó a mi lado se amansó y acarició cariñosamente mis piernas con su cuerpo y yo le acaricié y le acaricié mucho. Y yo me preguntaba si ese perrito podría venir de las ruinas de la catedral Cristiana pero ahora estaba conmigo y nos hicimos amigos y él me quería y yo a él. Le propuse vivir juntos para siempre pero me dijo que tenía una amante de su raza y que tenía que volver con ella pues se hacía tarde. Me dejó solo en el wagon. Le seguí con la vista mientras se alejaba ágilmente y comencé a sentir otra sensación: el wagon comenzó a moverse y balancearse mas pronto me percaté de que ya no estaba en el wagon sino a bordo de una carabela de la Edad Media que navegaba por entre calles de edificios en ruina y temí que alguien pudiese apresarme pero a nadie podía ver por ningún lado. Con los ojos de mi espíritu vi que mi carabela estaba fuertemente amarrada con una gruesa soga a algún lugar detrás de mí que no podía ver. Mareado, salí de la nave y comencé a deambular por las afueras desoladas y en ruinas de aquella vieja ciudad abandonada. By Barzilai Kellajer Siempre recuerdo a mi padre haciendo compras en aquella gran droguería donde se podía encontrar de todo, desde vajilla a herramientas para mecánica, carpintería o bricolage.
No era aquella gran droguería como las droguerías de ahora. Las droguerías de ahora son más luminosas, más frías, más triste-alegres. Aquella droguería no era así porque era una droguería de los años 50 o 40 y tenía unos largos pasillos formados por estanterías repletas de cajas de tornillos, cubos de plástico, escobas, cepillos, sierras, limas, anillas.......y mi padre caminaba lentamente por aquellos pasillos observando concienzudamente y sin prisas todas aquellas cosas......cogiéndolas, examinándolas y volviendo a dejarlas en su lugar. Yo le examinaba a él, alto, con bigote y en su grueso y largo abrigo azul con grandes botones negros. Me comentaba: " ¡ si yo hubiera tenido estas herramientas en mis tiempos..... ! ", y después seguía ensimismado en las herramientas ......y yo le observaba a través de las estanterías mientras leía los objetos con interés. Aquella droguería tenía el nombre de un rey cristiano y tenía dos puertas de acceso: una orientada hacia el suq árabe y la otra hacia la Judería. Mi madre me llevaba de la mano al salir del suq y atravesar la Judería para llegar a la iglesia cristiana...y en el lecho de la Mezquita y de la Judería estaban ahora en pie sendas iglesias cristianas. Los mármoles multicolores reflejaban el brillo de los cirios en los muros de la basílica mientras un musulmán vestido de paisano me dijo que yo tenía el Islam en los ojos y me regaló un anillo de plata y un sacerdote católico me comentaba en privado que yo había nacido para ser feliz. Sin embargo, era un mediodía de verano cuando yo caminaba por la antigua callejuela de la Judería y los viejos tejados dejaban la mitad de sus casuchas en la penumbra. Fue entonces cuando le vi venir hacia mí, vestido con un pesado atuendo oscuro, caminando cansinamente, apoyándose en las paredes y un viejo sombrero negro cubriendo su cabeza cana. Eran sus ojos de un color verde oscuro y su barba era de color blanco pálido. Cuando nos cruzamos, nos miramos el uno al otro sin decir nada. Después de algunos pasos, miré hacia atrás y observé por unos instantes como se alejaba lentamente por aquella callejuela. Y en mi interior sentí una profunda e inexplicable simpatía por él. Barzilai Kellajer Una cosa que me averguenza es mi falta de compasión hacia lis demás, no solo hacia los malvados sino también hacia los necesitados de ayuda no ya solo material sino también espiritualmente.
Juzgo con dureza a los demás cuando yo mismo exigo de los demás que me juzguen con suavidad. Veo en mi interior como una rosa fragante y salpicada de rocío a manera de diamantes resplandecientes sobre pétalos de terciopelo, que nace y sube hacia HaShem pero me entristezco cuando, como de costumbre, esa rosa se marchita y seca en un instante. Como torrentes que se precipitaran sobre mí, contemplo a mi mente inundarse de pensamientos que procuran la muerte de mi flor.....y hasta ahora la han matado cada día. Lo único que busco con mi Judaísmo es la ayuda de HaShem y su Pueblo para que mi flor resucite para siempre en este mundo hasta el momento de abandonarlo y llevar conmigo a la Creación entera para verLE cara a cara, sumirme en EL, desaparecer en EL y ser UNO con El. Como el recien nacido que añora el vientre materno, así añoro yo a mi HaShem. Barzilai Kellajer Veo a los Hassidim bailando, cantando, saltando, acompañando la música con el movimiento enérgico de sus manos y brazos....... la alegría de sus voces invade mi espíritu y me acerca a ellos.
Para mí son de rostro extraño, visten extrañamente y miran extrañamente pero al anciano Hassid de doble larga barba con lentes redondas en su atuendo de Hassid, le daría un largo y fuerte abrazo pues su figura es deliciosamente coqueta y amorosa, asomando sus zapatitos negros por debajo del faldón cuando camina a pasos cortos como un muñequito al que te gustaría tener en brazos. Saltan juntos con sus brazos entrelazados al son de una música puro ritmo que a cada repetición de fragmento eleva un poco más mi corazón hacia mi amado HaShem a quien nunca abandonaré. Llevan los mismos sombreros que llevaban en el guetto de Varsovia y en otros lugares de la Europa criminal. Aunque ellos no me conozcan ni sepan quien soy, yo les amo de todo corazón aunque no les conozca, ni sepa quienes son. Qué alegría en su alegría! Oigo las campanas de la iglesia cercana. Tocan a misa. La tristeza me invade súbitamente pues su sonido me lleva bajo cúpulas lúgubres, cantos de dolor y amargura resonando en muros oscuros y olor a incienso. Cansado estoy de ver a un hombre crucificado, sangrando y con los ojos cerrados por la muerte. Ese no es mi Dio. Tampoco quiero un ser humano horriblemente asesinado que pague por mis pecados. Eso yo lo rechazo, lo detesto y lo odio ...odio ese sacrificio humano cruel y salvaje. Mi Dio, es diferente. Mi Dio es todo amor y bondad y no desea el sufrimiento de nada ni de nadie. Ese es mi Dio ! Yo no le conozco, ni si quiera sé su nombre, pero le presiento todo el tiempo. Sé que está aquí y ahora y siempre. A El le gusta existir eternamente y me espera. Yo iré. Cuánto dolor siento sin embargo al dejar el dolor. Yo era feliz en mi dolor. Aquellas bóvedas oscuras, aquellas altas columnas, aquellas imágenes de vírgenes, cristos, santos...... capillas coquetas e íntimas que me atraían con fuerza irresistible..........mi paz con mi beso a la imagen....el sacerdote elevaba un sol blanco en su mano.....y de la oscuridad del interior del confesionario de madera surgía una voz solemne y muerta que decía : " ego te absolvo in nomine......"..... Cuánto sufrimiento al pasar del dolor a la alegría! Barzilai Kellajer Ayer fue el primer ayuno que yo he hecho en mi vida; no recuerdo haber hecho un ayuno antes. Lo hice mal pues no empecé a hacerlo a la hora debida pero sin embargo aprendí algo.
Aprendí que soy un "comida- dependiente"; yo podría vivir igualmente consumiendo una tercera parte de lo que normalmente consumo y mi organismo seguiría viviendo normalmente o incluso mejor. No me hace falta comer las cosas que más me gustan y que más suelo comer. La verdad es que puedo vivir sencillamente y al mismo tiempo vivir mejor. A lo largo del ayuno iba yo sintiendo cada vez más hambre pero al mismo tiempo me sentía feliz. Me sentía feliz y ligero......y no podía evitar estar sonriendo de felicidad; no entiendo ahora porqué uno ha de estar triste cuando ayuna; yo, por mi parte, solo sentía hambre y felicidad. Siempre había oído que quien ayuna tiene el semblante triste......mas yo tenía mi semblante sonriente. Qué poco hace falta para ser feliz! ; en mi caso, observo que no tener nada en el estómago me hacía feliz. Lo único que me causó molestia fue el tiempo previo antes de iniciar el ayuno pero una vez iniciado el ayuno, empezaba a sentirme más y más feliz. Ser Judío en solitario es una tarea difícil para mí. Ayer encendí las velas del Shabat cubierta mi cabeza con mi talet. Lo hice en mi hogar, a solas. Me hubiera gustado haberme casado con una mujer Judía practicante y kosher pero, por lo visto, Hashem me tenía que enseñar unas cuantas "lecciones" más, para que no las olvidase de nuevo. El ayuno hizo resurgir en mí el deseo de hacer tsedaká sin saber muy bien porqué. Luego, cuando pasó el ayuno y mi estómago volvió a estar lleno.....ese deseo intenso de hacer tzedaká desapareció como por encanto. Incluso mi mente se reestructuró de nuevo según el mundo y no según lo que Hashem me está enseñando cada día. Qué difícil me es abrir las ventanas de mi casa para que entre la luz. Barzilai Kellajer Bajando por la amplia avenida llegué hasta las murallas y percibí que yo ya había estado allí; la visión me era familiar.
Hashem ya me había preparado para esto ? Hay restos de murallas romanas en mi ciudad natal con torres cilíndricas.....y pasando a su lado con mi madre, me contó ella que los romanos solían llenar aquellas torres con aceite y arrojaban allí a los cristianos. En una ciudad donde viví muchos años había también murallas, muy grandes que rodeaban un monte y ellas me dieron consuelo pues eran de piedra dura, resistente y se cubrían a veces de plantas y musgos en el lado norte. Me quedé pues mirando las murallas de Jerusalén para ver si me decían algo pero no me dijeron nada; sólamente fue el primer saludo como si me hubieran dicho " hola, tanto tiempo!" y después permanecieron en silencio. Yo quería preguntarles muchísimas cosas..pero no me dijeron nada más. Supongo que sería debido a que esas murallas tendrían que atender a tanta gente como yo ....! Yo era uno más y habría incluso personas que necesitarían las respuestas mucho más que yo ....al fin y al cabo yo estaba solo de paso y pronto las volvería a abandonar. Pronto las volveré a ver pero tengo casi la total seguridad de que no me dirán nada más...; qué más podrían decirme? Creo que ya me dijeron en unos segundos todo lo que yo tenía que saber. Barzilai Kellajer Tengo los billetes ya en mi casa. Me gusta mirarlos. Está decidido.
Satán no me deja en paz. No quiere que yo vaya a Jerusalén. Utiliza a mi hija y su novio para atacarme desde la mañana hasta entrada la noche. Satán es muy poderoso, mucho más de lo que yo pensaba. Me conoce bien y sabe de mis puntos débiles. Cuánto daño me está haciendo! Siempre que me he acercado al Judaísmo o Israel..... he sido objeto de burla y de sorna. Satán está empleando toda su influencia para detenerme......para entristecerme y herir mi corazón. Siempre ha hecho lo mismo y utiliza todo tipo de armas. Su juego es tremendamente sucio y traicionero. No hay en él honor en el combate y la decencia le rs desconocida. Muchas veces durante toda mi vida me ha estado persiguiendo e hiriéndome una y otra vez, de continuo...... Pero he estado resistiendo a pesar de su extremada maldad y malas artes. Es un criminal sin alma y no acepta el bien. Y prefiere morir antes que dejar su presa pero al parecer Hashem le utiliza para que yo me de cuenta de que he de decidir entre Satán o Él. Yo ya me decidí hace mucho tiempo y quisiera que Hashem ahora ya le bloqueara y me dejase en paz. Satán me ha quitado los colores de la vida y pocas cosas ya me causan alegría. Cuando me vaya de este mundo quiero volver con mi Pueblo que yo sé que es Israel aunque no lo he sabido hasta hace muy poco....por algo le buscaba en las Juderías de Tarazona, Zaragoza, Ibiza....y no le encontraba porque sus casas estaban vacías y en ruinas....y se reían de mí por no encontrar a nadie en aquellas callejuelas frías y desiertas. Como loco solitario vagaba yo buscando a mi Pueblo en las abandonadas Juderías. Alguien me dijo: " anda, vuelve a casa. Aquí ya no vive nadie. Todos de marcharon hace ya muchos tiempo y no volverán." Entonces yo me eché a llorar y la gente se reía al verme.." está loco" pensaban. Barzilai Kellajer |
AuthorBarzilai Benklawer Kellajer Archives
March 2018
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Liviya Hansen