Indudablemente, Dio me habla cada día y de manera diferente, a veces en pequeños detalles y otras veces en grandes acontecimientos. El me indica la dirección hacia el Judaísmo de manera muy clara y precisa aunque a veces también de manera extremadamente sutil.
Me muestra cuán grande es su poder y su misterio. En el otoño de mi vida, El quiere que yo viva en primavera. El no quiere escuchar mis palabras cuando le digo que mis ojos ya no se alegran como lo hacían antes al ver los colores de las flores en los montes y en los valles. No quiere dejarme. El no se cansa de mostrar ante mis ojos todas las maravillas que puede hacer con la materia y con la vida. Espero también que un día me explique cara a cara muchas cosas que no puedo comprender. Que Dio se interese por mí me halaga y me desconcierta. Qué puede querer de mí el Creador de todo cuanto existe? El no necesita nada ni a nadie y mucho menos a una persona tan débil y perdida como yo. Entonces.......¿ porqué me hace pasear en soledad por las callejuelas abandonadas de mis Juderías? Las Juderías estan vacías en España. Sus moradores actuales no son Judíos sino extraños gentiles y muchos de mis antiguos hogares están destruídos y sus casas desmoronadas. A veces los turistas caminan en ellas y toman fotografías de sus ventanas cerradas, de sus balcones cerrados pero no de los vanos de puertas y ventanas vacíos, de piedra y asolados No oigo los antiguos cantos de la Sinagoga y no veo a mis amigos sentados en el suelo en invierno , a ambos lados de su entrada, para que el sol les diese calor a sus vidas y a sus corazones. Entre nosotros, como entre los demás gentiles, había de todo. Los había que no eran dignos de nuestro pueblo y los había también de gran corazón y muchísima sabiduría. Siempre en nuestras Juderías, perseguidos, despreciados, ignorados como aquella vez en que las masas de salvajes bajaban por aquella callejuela, gritando como fieras embriagadas, armados con palos y armas para golpearnos, robarnos y matarnos. Daban y dan miedo estas bestias salvajes. Siempre han existido y siguen existiendo. Pero a pesar de todo ésto, lo único que pido a Dio es que me de sabiduría y un alma que sea capaz de amar a toda la Humanidad pues no tengo ni lo uno ni lo otro y eso me causa tristeza eterna. Barzilai Kellajer
0 Comments
|
AuthorBarzilai Benklawer Kellajer Archives
March 2018
Categories
|
Liviya Hansen